BIENVENIDOS AL BLOG DEL TONDERO !!!

EL TONDERO, expresa en su música, en sus letras y en los movimientos de sus ejecutantes la tradición cultural de los departamentos del norte del Perú.

Motivados por la emoción que nos despierta oir, bailar o ver bailar el Tondero, hemos elegido este medio para compartir información valiosa de su historia, su coreografía, su repertorio, sus ejecutantes y su relación con la cultura norteña.

Los invitamos a disfrutar del TONDERO, esperando que nos brinde la oportunidad de establecer contacto, si acaso es también Usted, un verdadero apasionado de esta peruanísima expresión.

Con el máximo afecto.

CARLOS RODRIGUEZ
carlorodrig@gmail.com

sábado, 31 de julio de 2010

COREOGRAFIA DELTONDERO A INICIOS DEL SIGLO XX

Por Carlos Rodríguez Rosales


En 1924, se publicó por primera vez el libro “Nuestra Comunidad Indígena” del sociólogo peruano Hildebrando Castro Pozo (Ayabaca – Piura), obra que constituye el fruto de muchos años de investigación sobre la realidad de la vida rural en el Perú a comienzos del siglo XX. Entre la diversidad de temas que trata nuestro notable autor se encuentra el de la emotividad estética en las comunidades, en el que dedica algunas páginas al Tondero. A continuación extraigo algunos párrafos que precisamente describen el Tondero que el investigador vió bailar en el campo antes de 1920. Contiene datos importantes para el lector interesado en preservar la forma tradicional de este baile. Al pie de la cita bibliográfica, pongo a su disposición algunos comentarios personales.
La técnica actual del Tondero es como sigue:
Por lo general es bailado por una sola pareja, al son vibrante de una melodía ligera y atrevida, “punteada” en la guitarra, y cadenciosamente acompasado con el tamboreo sobre un cajón que, en su pri
mitividad, fue el Tam-tam mozambiquenze (1).
Los bailarines se colocan uno frente al otro en tanto que la música preludia sus primeras melodías que denominan “entrada”. El hombre con la siniestra en el bolsillo del calzon o apoyada sobre el dorso en la cadera, la diestra con el pañuelo hacia lo alto, a firme sobre el pie izquierdo y graciosamente curvado en actitud placentera de “quite” hacia el flanco derecho, levanta gallardamente el pie de este costado e inicia con él una serie de cadenciosos movimientos a pasos cortos de avance y retroceso, rimando las melodías del bailable. La hembra intertanto se ha insinuado replegando salerosamente, con el pulgar y el índice de la derecha, su falda hacia la cintura; en que se apoya sobre el dorso aquella, curvando el jarrete el brazo correspondiente. El pañuelo en la siniestra levantado hasta la altura del otro hombro, a firme sobre el pie izquierdo y idas las caderas en incitante “quite” hacia la derecha, pudorosa y sonriente levanta apenas el talón de este costado, cambia de posición en “quite” hacia la izquierda y continúa en pasos nenes de gana–pierde, sobre el mismo sitio, vibrante como el quejumbroso bordoneo de la guiitarra, felina, seductora o incitativa como sólo las mulatas pueden serlo.
Y da el cantor, su guitarra y el cajoneo, las palmadas de los circunstantes y el ¡ora! gutural y báquico del acompañante la señal de la fuga; durante la que el ritmo y cadencia del baile se multiplican hasta lo infinito, la embriaguez del placer de los bailarines de transforma en delirio y cada circunstante se siente poseso del Dios de la Alegría y el Tondero
.”

CASTRO POZO, Hildebrando. “NUESTRA COMUNIDAD INDIGENA”. Lima, Editor Dr. Hildebrando Castro Pozo C., Segunda edición, 1979; p. 246

COMENTARIOS : Se desprende de lo leído que:

1. El Tondero se baila de preferencia por una sola pareja rodeado por músicos, cantores y alegres concurrentes.
2. En el momento de la introducción musical, la pareja aguarda en sus puestos moviéndose frente a frente. El varon se planta con una mano en el bolsillo o en la cadera y la otra enarbolando un pañuelo, luciendo postura inclinada con pasos cadenciosos de leves avances y retrocesos. La dama, una mano recoge la pollera a la cintura y la otra sujeta su pañuelo, con lucimiento de pies y caderas insinuantes.
3. Los desplazamientos son básicamente hacia la derecha y en forma independiente. Se infiere que las mudanzas hacia la izquierda sólo se reservan como un adorno excepcional pero que no puede empezarse el tondero cambiando posiciones por el camino izquierdo, sino por el derecho; asimismo, al inicio del baile la pareja debe hallarse frente a frente y al movilizarse debe mantenerse cada cual en sus lados opuestos. Posteriormente, podrán juntarse y bailar más cerca.
4. Los gestos son lúdicos, traviesos, pícaros, como si representaran la parte de ese tondero que dice: “Yo iba muy tranquilito, cuando vi tus movimientos…”
5. En la parte de la fuga se multiplica el jolgorio de bailarines, cantores y circunstantes. Es el momento donde se zapatea.



sábado, 23 de enero de 2010

EL HOYITO Y EL TAPADO, DOS PASOS TRADICIONALES DEL TONDERO

Esta escena de amor típica y rara,
en un campo tupido de algodón,
un ratito después de la oración
sucedió en la hacienda Santa Clara.

El galán del idilio, era un lambido,
un cholo condenau, facineroso,
(Explícase el final asaz curioso
ya con estos detalles advertido).

La dama, una chola apetitosa,
de reojo miraba aparentando
desdeñar al galán; pero escarbando
el suelo con el pie la muy mañosa.

(…)

Así empieza don Augusto Feijó Sánchez su piuranísimo poema “El cabe” [1]. En él relata el encuentro amoroso y furtivo de una pareja de campesinos en la campiña de la hacienda Santa Clara. (Sullana?). Al leer el tercer párrafo de este poema, me vino a la memoria las clases de Tondero que en el año 1984 nos daba la maestra Adela Ahón Holguín [2] en la Asociación Cultural Aires Norteños. Al iniciar los compases del Tondero, entre sus primeros pasos, figuraba uno de aplicaciòn para la dama, en la cual, descalza, flexionando levemente su pierna izquierda, adelantaba su pie derecho y haciendo el ademán de cavar un hoyuelo en el suelo con el dedo de su pie; balanceaba cadenciosamente sus caderas, echando una mirada burlona y desafiante a su pareja, abundando con el pañuelo su gesto de lùdico desafìo. A esa figura llamaba Hoyito.
Al respecto, coincidiendo con la explicación de la maestra Ahón, Elena Quillama Polo [3], recoge en su obra “El Tondero como expresión folklórica y artística del Perú”, la versión de los maestros Zelmira Reynaga de Aguilar (La Libertad) y José Fernández Reynaga (Piura) que sobre dicho movimiento dicen:
“La cova: Era la acción de covar con el dedo gordo del pie un hoyo en la tierra por parte de la mujer, y muchas veces este movimiento le daba un cimbreo a la cadera con una síncopa muy especial, (…) es tradicional y costumbre el de comunicarse de esta manera en el norte.
Se hacía en la introducción del canto, mientras el varón muchas veces erguido y otras veces inclinado, en acción de observar a la mujer ofrecía con su pañuelo al público su participación al reto ofrecido…”
Agregan los mencionados autores que, al iniciar el canto, la pareja muda de ubicación describiendo un recorrido circunferencial y cuando el varón llega al extremo aquél donde la dama cavó el hoyo “enterraba el hoyo o lo tapaba con movimientos de talón”.
El hoyito y el tapado son figuras tradicionales que aún se conservan en el tondero hasta la actualidad, como ejemplo del rico lenguaje no verbal de este baile. Sin embargo, parece que este gesto simbólico de cavar el hoyo, como seña de cortejo amoroso campesino, ha tenido uso en la vida cotidiana, antes de incorporarse al baile y lo realizaba indistinamente el varón o la mujer, para símbolizar la aspiración de enganchar a la pareja o para decirle que lo tenía en su dominio en el hoyo. Don Enrique Camino Calderón nos ofrece esta versión recogida en el costa sureña del pais…
“En la campiña de Chincha es costumbre que el cholo haga huecos, con el dedo gordo del pie, mientras conversa de asuntos indiferentes. A cada hueco terminado, la chola –con el pie también- le avienta tierra hasta llenarlo, señal de que aún no está soliviantada.
Si después de algún tiempo de este juego de abre y llena, la chola deja de tapar el hueco, el cholo no espera más…”[4]

[1] FEIJO SANCHEZ, Augusto. El Cabe, en Versos del P. Lau. Lima, Em. Tip. Salas e Hijos S.A., 1956, p. 9,10.
[2] Ver Blog, publicado por el autor de este artículo:
[3] REYNAGA DE FERNANDEZ, Zelmira y FERNANDEZ REYNAGA, José Luis. Ensayo sobre la evolución, historia, etimología y área de influencia del Tondero (separata 1985); publicado en QUILLAMA POLO, Elena L. El Tondero como expresión folklórica y artística del Perú, Lima, Lluvia Editores, 1990.
[4] CAMINO CALDERON, Enrique. Diccionario Folklórico del Perú. Lima, CIP, 1942, p. 83.


CULTORES DE MORROPON

CULTORES DE MORROPON
Lima, 2007

AGUADORA - Piura

AGUADORA - Piura
Publicada en Guías Departamentales, Nª 1, Departamento de Piura, 1928. Ver corte de traje

NOTESE UNA VERSION DE TRAJE FEMENINO DE MORROPON

NOTESE UNA VERSION DE TRAJE FEMENINO DE MORROPON
El corte tradicional del traje morropano se halla en estudio